El estadio Olímpic de Montjuïc vivió una auténtica fiesta tras el partido ante el Villarreal. Sobre el césped jugadores junto a sus familiares celebraron el triplete blaugrana (Liga, Copa y Supercopa) ofreciendo momentos emotivos, como demostró Pedri.
El centrocampista canario mantuvo su tradición de lanzar un penalti a su padre después de cada título. Con Danza Kuduro de fondo, el 8 culé intentó un panenka, pero su padre adivinó la intención, se lanzó al suelo y detuvo el disparo. El momento culminó con el guardameta improvisado celebrando la parada con el puño en alto, recibiendo una gran ovación del público.
Otro de los momentos emotivos lo protagonizaron Szczesny y su pequeño hijo vestido con la camiseta azulgrana. Ambos se dirigieron a una de las porterías, donde el niño demostró una sorprendente habilidad al ejecutar una chilena hacia la portería. Sin embargo, fiel a su instinto de guardameta, Szczesny desvió el disparo de su hijo con un taconazo, demostrando que ni siquiera en las celebraciones permite que le marquen gol, para diversión de los aficionados presentes.