Los jugadores abandonaron el terreno de juego a pesar de que solo quedaban cinco minutos por jugar.
El encuentro de los octavos de final del Mundial de Clubes entre el Benfica y el Chelsea, que fue interrumpido a cinco minutos del final por amenaza de tormenta eléctrica sobre el estadio Bank of America Stadium de Charlotte, se reanudó dos horas después de su suspensión.
En el momento del parón, el Chelsea ganaba por 1-0 gracias al gol anotado por el defensa Reece James en el minuto 64.
Los jugadores abandonaron el terreno de juego a pesar de que solo quedaban cinco minutos por jugar a las 17.50 hora local, 23.50 hora CET (21.50 GMT). El protocolo de Estados Unidos ante la amenaza de tormenta con aparato eléctrico en eventos deportivos al aire libre obliga a la interrupción del choque y después de varios intentos de reanudación, volvió a evitarse la salida de los jugadores al césped porque la posibilidad del mal tiempo se mantenía.
La normativa indica que si un rayo impacta o hay signos de descarga eléctrica en 13 kilómetros alrededor del estadio el partidos se suspende. Los aficionados tienen que marcharse del recinto y los jugadores se meten en el vestuario y a partir de ese momento, media hora de parón como mínimo. Pero cada vez que la amenaza o los relámpagos asoman, la cuenta de media hora comienza de nuevo.
Al final, el choque se reanudó a las 19.47 hora local, 01.47 hora CET, 11.47 GMT para disputar los últimos minutos del encuentro.
Ángel Di María anotó el empate de penal en tiempo de compensación para llevar el partido al alargue. Ya en tiempo extra Gianluca Prestianni vio la roja por las Águilas y los Blues sentenciaron las acciones con goles de Christopher Nkunku, Pedro Neto y Kiernan Dewsbury-Hall.
De esta forma Chelsea jugará los cuartos de final con el Palmeiras que previamente ganó al Botafogo (1-0).
Sexto partido interrumpido por tormenta eléctrica
Es la segunda vez que el Benfica vive esta situación. En el choque de la fase de grupos contra el Auckland City, la interrupción duró dos horas y media.
El que juega ante el Chelsea es el primero de los octavos de final que tiene que detenerse por la amenaza de tormenta. Además de estos dos, tuvieron que pararse los partidos entre el Pachuca y el Salzburgo, una hora y 40 minutos; el Ulsan y el Mamelodi Sundowns, una hora, el Boca Juniors con el Auckland City, una hora y el Palmeiras frente el Al Ahly, 45 minutos.